“Lo menos que
puede pedirse a una escultura es que no se mueva.”
Salvador Dalí
La Escultura
es, junto con la arquitectura, la pintura y la música una de las denominadas
Bellas Artes, por esa inherente finalidad que tiene de expresar la belleza.
El hombre ha
practicado la escultura desde la época paleolítica, bien como arte o como objetos
de uso mágico-religioso. Los materiales que podemos decir que utilizaron son la piedra, el hueso y el marfil, limitándose
por la técnica o su reducido análisis visual, a representar las escenas y sus
integrantes del mundo que tenían ante sus ojos.
En el
transcurso de la historia de la humanidad, la Escultura igual que la
arquitectura ha servido como medio para lograr la eternidad, para ello, los
escultores han utilizado para sus obras materiales consistentes y duros como el
granito, el basalto y el bronce.
En otras épocas se esculpieron tallas en
madera recubiertas de estuco (argamasa confeccionada con cal y polvo de mármol,
y que luego pintaban de variados colores combinando de este modo el arte de la
escultura y la pintura). Precisamente en estas obras de arte realizadas en
madera es donde los artistas encontraron un medio de liberarse de la rigidez
que imponían las reglas del arte y llegaron a representar escenas de la vida
diaria y de animales de auténtico realismo.
La escultura
se funde con el espacio, ella misma es espacio y por lo tanto forma parte del
entorno. Es una condensación de espacio -sólida, material-, que interactúa con
el propio espectador, el cual debe rodearla para poder ser consciente de la
obra por completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario